Una de las cuestiones que más me preguntan los clientes es qué más pueden hacer, durante el proceso judicial, para ayudar al abogado a demostrar lo necesario para que, al final, la sentencia sea la mejor posible. Hoy quiero explicarte qué y cómo puedes ayudar a tu abogado a que el resultado sea el más adecuado. Hoy vamos a hablar del trabajo en equipo con el abogado.
Normalmente cualquier persona que esté en un proceso judicial suele estar bastante nerviosa, estresada y agobiada, y no es para menos… muchas veces el cliente se está jugando casi su propia vida. Está claro que es duro tener que dejar a tu familia, trabajo y amigos y tener que ingresar en prisión. También me encuentro de una forma, más o menos habitual, con situaciones en las que la persona puede ser condenada a pagar unas cantidades de dinero que están muy por encima de sus posibilidades y que le supondrían una verdadera tragedia para su economía. En otras ocasiones la persona se juega su honor al ser absolutamente inocente de aquello a lo que se le acusa…
Sea como sea, está claro que nos jugamos mucho en el proceso judicial. Es por esto por lo que, como es lógico, vamos a hacer todo lo que podamos para evitar los resultados negativos. Para ello, normalmente hablaremos con el abogado e intentaremos ayudarle en todo lo que nos sea posible. Intentaremos que se lleve a cabo un buen trabajo en equipo con el abogado.
Ante esta situación debemos tener en cuenta una pequeña frase que se repite mucho en el mundo de la abogacía que viene a decir algo así como que “para ganar un pleito uno tiene que llevar razón, saber demostrarla y que, finalmente, nos la den”.
Teniendo en cuenta este pequeño refrán ¿Qué es lo que realmente depende de nosotros? Vamos a analizarla:
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“Llevar la razón (desde el punto de vista del Derecho)”:
¿Depende de lo que podamos hacer ahora teniendo en cuenta que se están juzgando hechos anteriores? ¿Podríamos hacer algo en este momento para cambiar los hechos del pasado? Parece que no ¿Verdad?
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“Saber demostrarla”:
Para esto es necesario realizar un trabajo en equipo con el abogado y armarnos de todas las pruebas que sean necesarias para poder justificar que lo que decimos es más cierto que lo que dice la otra parte. Parece que, en este caso, sí podríamos hacer bastantes cosas…
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“Que nos la den (la razón)”:
Te pongo un ejemplo. Imagina que en nuestro asunto se está juzgando a la empresa que construyó nuestra vivienda porque solo después de un año desde que la construyó han aparecido grietas, fuertes humedades y se ha levantado el suelo del pasillo. Imagina que el juez, hace poco, ha sufrido en su casa un problema parecido. En su caso se compró la vivienda e inmediatamente aparecieron humedades enormes en los dormitorios de sus hijos, provocándoles serios problemas de salud. ¿Crees que la historia y los prejuicios que pueda tener el juez podría beneficiarnos en nuestro caso condenando a la constructora? ¿Qué opinas? Los jueces, como personas que son, también tienen su historia y sus circunstancias personales propias y estas pueden influir en asuntos como el nuestro sin que lo sepamos y sin que podamos controlarlo.
Pero es que, además, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿El Juez tiene, forzosamente, que tener la misma visión que nosotros tenemos de lo que ha ocurrido y de sus consecuencias desde el punto de vista legal?
Si te fijas, en definitiva, nos encontramos con dos tipos de situaciones… Las que dependen de nosotros mismos y podemos controlar y las que dependen de otras personas (abogados, juez, fiscal,…).
Te doy algunos ejemplos de las cosas que, desde mi punto de vista, dependen de otras personas:
- Que el juez dicte una sentencia a nuestro favor o en contra nuestra.
- Que el juez entienda más razonable nuestra postura que la del abogado contrario.
- Que, desde el punto de vista de la Ley, llevemos razón o la lleve la parte contraria.
- Que la investigación que realice el juzgado nos beneficie o nos perjudique.
- Que la tarea que realice nuestro abogado dé lugar al resultado esperado, o no.
- Que el abogado contrario tenga, o no, conocimientos suficientes para defender la postura de su cliente.
- Que el Fiscal sea más o menos duro y que esté más o menos activo durante la investigación del asunto.
- Que contemos con todos los medios de prueba que seamos capaces de llevar al proceso judicial.
- Que esos medios de prueba sean suficientes para que el juez nos dé la razón.
Entonces… ¿Qué depende de nosotros?
- Lo primero, es que nos asesoremos por un abogado que sepa de la materia de nuestro asunto. Recuerda que ningún abogado puede ser especialista de todas las áreas del Derecho…
- Que nos asesoremos por este de inmediato. El tiempo es clave y un buen asesoramiento de tu abogado a tiempo puede hacer incluso que puedas ganar el juicio.
- Que confiemos en el mismo y, si nos da motivos para no seguir confiando en su trabajo, buscarnos a otro abogado especialista, de inmediato.
- Y por último, y no menos importante,…. Gestionar nuestras emociones.
Seguro que te preguntas… ¿Fran Peláez se ha vuelto loco? ¿Qué tiene que ver eso con lo que me ha comentado hasta ahora? Pues mucho más de lo que imaginas… Habrás podido darte cuenta que son muchas las cosas que no dependen directamente de nosotros. Por este motivo tu abogado te necesita fuerte, estable y en un estado emocional adecuado para que, cuando sea el momento de tomar decisiones (y cuando llegue el momento del juicio), tengas la suficiente fortaleza y objetividad como para decidir lo más adecuado para tus intereses e intentar dejar a un lado cuestiones como el orgullo y el sufrimiento que te provoca la situación.
Ahora ya sabes qué y cómo puedes hacer para ayudar al abogado en tu propia causa.
¿Te queda alguna duda? Podemos hablar de tu asunto ahora. Llámanos al 955 290 180 o mándanos un email a info@penaltech.com. Estaremos encantados de atenderte.