Denostados, despreciados, odiados, insultados….los abogados -o mejor los licenciados en derecho- no son, desde luego, las personas más queridas del planeta. ¿Con razón? Bueno, son irritantes, puntillosos, cuadriculados, chivatos, quejicas y retorcidos….pero conocen la ley. Y trabajan con ella. Y no hay que olvidar que en un mundo en el que, por muchas promesas que nos hagan de mejoras, de cambio de era, de nuevas reglas o de regeneración democrática, a la ética y la moral aún se las están esperando; y es la ley -y sus compinches- la que sigue teniendo razón. Como se sabe, el desconocimiento de la ley no justifica su incumplimiento.
El hecho de trabajar con la ley les da la ventaja de conocerla. Todas las leyes tienen recovecos, grietas o auténticos agujeros negros por donde escaparse; y ellos los conocen. Bueno, admitámoslo…cualquiera podría hacerlo, ¿pero quién es el guapo que se lee un tocho de 2000 páginas? Si viniese firmado por Ken Follet, seguro; pero viniendo firmado por el ilustrísimo ministro de turno, ya me contaréis….si somos incapaces de leernos un prospecto de un medicamento, como para leernos la “Ley para la protección de los hayedos de hoja perenne que circunscriben el área de reproducción del siluro de mar en los montes de León allá por el mes de marzo”…
Si el punto anterior no os convence, aquí tenéis otro. La versatilidad. Un asesor jurídico te sirve tanto para asesorarte en un contrato en el extranjero, como para echarle la culpa si sale mal; tanto para culparle de un divorcio o si el Betis baja a segunda; de que no te den el título de un máster o de que te metan en la cárcel a pesar de llamarte Robert de Niro. Son como los hombres del tiempo: les puedes echar la culpa de todo; como las pizzas: lo aguantan todo. También son como internet y los insectos: dominan el mundo. Y al igual que a los médicos, lo importante no es ser uno de ellos. Lo importante es conocer a uno.
Seguramente sea tirria…. Si es que además trabajan en la tele (¿conocéis acaso alguna serie de peritos agrónomos?) y siempre se llevan a la chica….cómo no les va a odiar al mundo…Pero recordad, en el fondo son como todos: charlatanes, mentirosillos y siempre justificando lo injustificable -solo que ellos cobran por eso-.
Y además de eso, ¿sirve para algo más un abogado?
Pues sí…..para echarle la culpa alguien….